ESCRITO SOBRE EL CUERPO, UN CANTO REVOLUCIONARIO


He encontrado esto... Victor uno de mis autores favoritos...
creo que nadie se quiere acordar de esto... yo no me puedo olvidar !


El jueves 13 de septiembre de 1973, aprovechando la confusión que reina en el Estadio Chile, a raíz de la llegada de buses repletos de pobladores de La Legua, un grupo de prisioneros, evadiendo la vigilancia, arrastra a Víctor Jara, maltrecho e inmóvil, hasta las graderías.

Allí, en medio de la precariedad, evitando la luz de los reflectores, las intermitentes ráfagas de metralleta y el ojo militar, deciden intervenir la apariencia del cantautor en un intento desesperado por salvarle la vida. Un viejo chaquetón azul, de propiedad de un carpintero, sirve para ocultar la camisa campesina.

Un pequeño cortaúñas es empleado para cortarle el pelo, rasgo característico de su sonriente fisonomía. Como si con esos gestos fuera posible transformar a Jara en un ser anónimo, igual a los cinco mil detenidos que repletan el recinto.

¿Qué motiva a los prisioneros a pensar que por medio de estos cambios pueden influir en la suerte de una persona? ¿Por qué recurren a medidas tan insignificantes? El relato anterior muestra dos aspectos vinculados a la apariencia corporal que se potencian en tiempos de emergencia.

Cubrir el cuerpo con ropa ajena, en este caso el chaquetón azul, habla del potencial protector que le atribuimos a la indumentaria, que sobrepasa con creces, por ejemplo, las cualidades de la tela. En condiciones normales nos vestimos para resguardarnos del clima y, en parte, de las miradas de los demás.

Elegimos la ropa en función de lo que somos o queremos ser. Aquí se trata de poner en marcha un último recurso de amparo envolviendo el cuerpo con una prenda que lleva las marcas de otro, para transferirle simbólicamente una identidad menos amenazante, la del carpintero. Y otorgarle a Víctor Jara la oportunidad de escamotear la propia biografía.

Modificar el rostro mediante un corte de pelo abre la posibilidad de reinventar la identidad, incluso fundar una distinta, porque la transformación se efectúa en conjunción con la superficie del cuerpo.

Basta recordar la cantidad de barbas rasuradas y pelos recién cortados que irrumpen luego del golpe de Estado cuando se trata de camuflar la filiación de izquierda. Mostrar otra cara construye la ilusión del anonimato. Pone en circulación a una especie de "alias" que, con suerte, pasará a engrosar las filas de la clandestinidad.

El sábado 15 de septiembre de 1973, los mismos prisioneros abandonan el estadio. A la salida, en medio de un cúmulo de cuerpos sin vida, identifican al cantautor.


LA NACION DOMINGO...1 DE JUNIO...2007...Por Pía Montalva

Historias de terror...Creo que muchas veces nos queremos crear esta ilusión, camuflarnos, ser más anónimos de lo que somos, sin embargo no dejaremos de ser quienes somos...
He pensado en la imposibilidad de lograrlo, a pesar de cambiar de aspecto seguimos siendo lo mismo, pensando lo mismo y sintiendo lo mismo, solo se hace más dura la carga cambiando de aspecto tratando de ser diferente al anterior...PERO PARECE QUE NO...no seré ni fui otro, no me puedo olvidar...la naturaleza...me impulsa...